Periyar, tigres y lagos
Dejamos los templos y cambiamos de rumbo. Hemos llegado casi debajo del país. El paisaje va cambiando a medida que nos integramos en la selva. La carretera antes llena e baches , esta mejor asfaltada. Va subiendo entre curvas y cascadas. Todo muy verde. paramos en un punto donde el paisaje que se divisa es increíble. Estamos arriba y el día es claro. El bar, de madera, va unido a una tienda poco turística. Tienen Tes. de todas clases y como no, me llevo el de chocolate. Aun así, con mucha curiosidad me acerco a la mesa de nuestros foráneos. Dhenhiss me ofrece una silla y en un idioma internacional, (español, algunas palabras en indio , francés e ingles) , nos entendemos. Es una cultura que suscita mucha curiosidad. Respeto sus creencias, sus ideas y sus costumbres. Se puede aprender mucho aunque quizás algunas no las compartas. El viajar te abre los ojos y la cultura. Aprendes a diferenciar, a quitarle importancia a ciertas cosas. Me encanta saber mas . Me ofrecen una especie de tortilla de plátano y sin mas, me la como. No esta mal, dulce, muy dulce. La bebida es de color rosa. Hay algo mas pero el olor picante me llega con mucha fuerza. Sin ofender la rehusó intentando explicar porque. Se ríen. Nuestro conductor tiene pinta de bonachón y nos cuida mucho. El joven que le acompaña ha estado malo y Vicky, nuestra medico le curó. A veces tengo al sensación de ser peores que los turistas japoneses. Vemos algo Interesante. paramos el bus y nos bajamos con todas la cámaras. Callejeamos, con timidez y pidiendo permiso, entramos en las casas. Seguimos sin topar con mas turistas que una pareja de Madrid con sus niños. Ella trabaja en la asociación de Vicente Ferrer. Que interesante todo lo que cuenta, aunque muchas son las penurias de este pueblo. Como realizan las casas, donde enseñar a las mujeres, como acceden a los microcreditos, como enseñan a leer a los niños. No puedes dejar de replantearte el dejar el grupo e ir a la asociación. Seria un cambio pero muy útil. Difícil paso, al dejarnos llevar por las comodidades que nos esperan en casa. Todos tenemos interiormente esa imagen novelesca de las ongs. Peor no están fácil entrar. Para ellos eres mas una carga si solo estas dos meses. Aun así no dejamos de pensarlo.
La zona de pantanos y reserva de tigres se abre delante de nosotros. Con mucho cuidado y no salir del grupo. Ahora si que nuestros foráneos, que así llamamos a nuestros Hindis, nos tienen vigilados. Llegamos hasta Periyar. El barquito nos espera. Me lo miro y me digo… El lago parece tranquilo, el barco inestable. Si no subo… me quedo esperándoles del paseo. Que hacer? Los monos se van acercando sin miedo y la fauna no me gusta mucho. Con un gran suspiro, me uno al grupo, me siento y apenas me muevo durante toda la travesía. Que pocos me gustan los barcos pero cuanto merito le pongo. Pedro, me achucha, pero intento no seguir sus bromas sin perder mi estilo. Nunca puedo dejar decaer mi imagen sin perder el honor diría mi padre…No vimos mas que cervatillos. Los tigres debian estar durmiendo o escondidos cansados de tantas fotos. La tarde va cayendo y los anocheceres son de una belleza impresionante realzando los colores.

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