Ghanesh, rio turbio y cunas colgando
Y nuestro autobús se quedo varado en medio de una calle. Ceremonia de lavado sagrado. Una procesión muy llamativa, las calles llenas , los coches parados y una multitud, enloquecida cantando. Flores, collares y joyas unidos a Sharis,  todos los colores. Las caras blancas y hombres santos medio desnudos. En el centro, la virgen. Mas bien la diosa Ghanesh cara de elefante, gran corona y en un trono. De color rosa y decorada. Los devotos la llevan con verdadera locura. Llegaron a lo alto del puente y después de un grito, tiraron a su diosa, las ofrendas y a ellos mismos. Desde la orilla, los cánticos subieron de tono y la procesión fue sumergiéndose en esa aguas marrones viscosas. Vestidos, sin soltar sus regalos. Algunos hasta buceaban. No podía dejar de mirar esa mirada que tenían todos, totalmente extraviada. La devoción a un dios es muy extraña e incomprensible para alguien totalmente agnóstica. Estamos fuera de todos los circuitos turísticos, y en algunos pueblos somos la atracción. Subimos por la calle hasta las puertas del templo. El monzón estaba descansando. Dejamos las zapatillas en la puerta y entramos. Que bonito, que especial que grande. Se compone de varios templos en uno. Varios edificios y bien repartidos. El patio, de piedra ya redondeada por los años y los paseos de los devotos. Están calientes y vamos saltando buscando ese trocito de hierva mojada. Grupos de gente repartidos comiendo o riendo. Los niños jugando. Una pareja tímidamente cerca, hablando vigilada por la madre. En un pasillo lleno de arcadas, los hombres santos rezando con su posición de yoga. Que dificultad. Como pueden poner así las piernas.? Que dolor!! En un altar unas extrañas figuras de madera simulando cunas cuelgan de una cuerda. Son las ofrendas que ofrecen las mujeres para poder tener hijos. En el interior gris, solo iluminado por los colores de los dioses. Las figuras doradas y rojas. Cada ves hay mas gente dentro. Cada vez menos espacio. En el jardín la lluvia fina, el cielo muy gris y el agua cada vez mas fuerte. El monzón habìa vuelto. Es un momento de éxtasis que nos coge a todos. Sentimientos y experiencia a flor de piel. Hacia calor o lo tenia yo. Necesite salir y empecé a caminar hacia la puerta, en donde las personas se quedaban paradas produciendo un tapón. Necesitaba respirar, salir del templo. Los foráneos, se quedaron apretujados tapando la salida. No se movían. Recordé aquellas noticias sobre las estampidas de los templos... Ugg tenia que salir.. empuje discretamente. Los demás me siguieron. Fuimos abriendo camino hasta la libertad. Llovía fuerte y las piedras frías que cuanto toque el suelo mojado, me despertó. Fue una sensación extraña pero no única. Todos agradecimos el poder huir de la presión interior. Sin saber como acabamos bailando y riendo. DHENIERS, empieza a no asombrarse de nuestra actitud. Simplemente nos observa y se rie. Los vendedores con estrañas pulseras, pendientes o figuras nos atosigan. Huimos hacia el autobús, esquivando las piedras y los baches del suelo. Un grupo de niñas se rien. Parecen princesitas de un cuento. Vestidos llamativos, muy decorados, pendientes y pulseras que hacen música y con purpurina descantado su piel oscura aceitunada. Muy brillantes De niñas las visten de una forma muy kich, de mayores tapan su cuerpo.

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