
Con Shari y descalza por los templos. Madras,(Chenai)
Con nosotros un guia que habla ingles y español perfectamente. ja ja Menos mal.. porque no salimos del Telenu, el Shif o algún dialecto muy difícil de comprender. Madras quedo atrás casi sin visitar y empezamos a bajar la costa hasta llegar a un hotel de ensueño en un pueblo llamado Mahalabulupur. Las habitaciones parecen casitas de paja, extensos jardines con pájaros, plantas de todos los colores , piscinas paradisíacas y gente sonriendo. El hotel, grandes zonas abiertas. Lujo asiatico dicen. Esta zona fue la mas perdida por el tsunami pero lo volvieron a construir. Aun quedan muchas marcas de esa desdicha, en las ruinas que nos hemos encontrado. No dejo de pensar en aquella frase, “ No mal que por bien no venga”. Se descubrió una cuidad perdida con unos templos enterrados. Lo tenemos enfrente en la costa. No dejo de mirar el agua por si se retira. aun asi no dejo de pensar en aquellas imagenes que nos inundaron en los medios de comunicacion. esos ojos de esa niña perdida. Me gusta el olor del mar, la paz de su sonido, su color pero no la intranquilidad de ver como te pueden comer las olas. En un tiempo fui una navegante con espíritu aventurero pero lo perdí ese día en el que me hundí. Mirándolo desde la mesa del restaurante, pensaba en todos aquellos que en esa gente que estuviesen cenando en mi misma mesa, cuando llego la ola, Soy demasiado imaginativa y a veces demasiado novelesca. Oía sus gritos de sorpresa, el ruido de las sillas al caer, los niños en volandas. Soñé con la ola, soñé con el mar. El pueblo era una mezcla de chocar y casitas. Las calles con un gentío enorme, sentados en las aceras, con extrañas bebidas o comiendo unas empanadas refritas. Los vendedores te cogen de la mano para enseñarte sus artículos. Sedas, inciensos, joyas, alfombras, cerámicas, cobre…..Les encanta agasajar al visitante. Té, una pastita y charla rato, aunque no les compres nada. Aun se ven fotografías con los rastros de la desgracia, con dioses en las puertas o con alfombras de flores.
Madurai, escalones y urbanitas
Seguimos nuestro camino, con nuestro trolebús. No es, el mismo que vino a buscar al aeropuerto. Es mas grande, mas cómodo. Deniis, nuestro guía, nos mira con disimulo pero con mucho asombro. Somos un grupo curioso pero muy raro parra el. 3 chicas, independientes, sin ánimos de cambiar y muy viajeras. 4 chicos solteros de diversas edades en la misma línea. El ya tiene su matrimonio concertado, aun sin apenas conocer a su futura esposa. Su cultura induce a este compromiso tan extraño para nosotros. En ello incluye tener hijos. El sexo femenino va escondido detrás de unos Sharis. No es bueno de su cultura enseñar los hombros o las piernas aunque no les importa dejar salir esos michelines tan morenito. Su piel es aceitunada tornándose mas clara según vamos hacia el sur del país. Cada día nos indica nuestra vestimenta, aunque al ser turistas y la temperatura hace que los pantalones cortos no se queden en la maleta. Ya casi no echamos en falta las zapatillas y con la aparición de las primeras lluvias, nuestros pies mojados agradecen el no estar encerrados. La comida es muy picante. “No spicy.. No spacy” he aprendido a decir, con ese ingles chapucero. Eso no nos para de entrar en una tabernilla de cualquier pueblo y comer como ellos. Si, lo hacemos aun con mucho cuidado. El agua toda de botella, aunque probando todas esa marcas de cerveza foráneas. Es buena, suave. Arroz, pollo, pescado y sobre todo plátanos. Los Tes., de especies, de chocolate, los cafés diversos y las frutas de la pasión. Paramos en medio de la selva para ver una casita de madera donde fabrican la seda. Muchos gusanillos blancos comiendo hojas de morera. Quien no ha tenido de niño, una gusanillo suave corriendo por los dedos?.
Madurai, unión de cuidad y pueblo, Cuidad de miel, la llaman. Ciudad de las mujeres también. Orden y desorden. Como en los demas sitios que hemos estado, la cuidad es un caos dentro de un orden. Me encanta observar los tenderetes, las caras de la gente, como viven. a veces con mucho respeto, meto la cabeza en alguna casa. Son austeras, con pocas cosas pero no quieren mas. hablamos con ellos, Intentan entendernos. nos llevan. Las mujeres nos observan, los niños juegan con nosotros y los hombres a veces ni nos ven. no dejamos de entrar en sus chiringuitos, en sus almacenes de inciendo, ceramica y ropa. No dejamos de asombrarnos con lo que son campaces de vendernos.Todo de mucho colorido. Oimos musica y acabamos sentados en una boda. Una chica muy joven con ojos miedosos veia como su familia agasajaba con frutas y grandes platos de comida a su futuro marido. la musica del Dholack, (Tambor), junto con las notas que salian de unas largas tropetas nos daban paz.
De noche y en plena ceremonia dentro de un templo. Todas con sharis, con los hombros tapados y a ser posible con pantalones largos. Estamos en plenas procesiones. Es obligatorio hacer ofrendas a la reina Shiva. El templo de Meenakshi es grande y la gente siente. Entramos en el templo, Austero por dentro, todo de piedra gris y sobrecargado por fuera. Descalzos sintiendo las frías piedras que contrastan con la humedad de septiembre. Observo como caminan felices las familias enteras. El olor a incienso es fuerte , la cera de las velas cae al suelo haciendo cascadas. Los tambores y demás instrumentos rompen el silencio. Los hombres sagrados, seguimos por otros con abanicos rompen nuestro paseo. Debemos darles paso. Son ellos los que mandan. Sus facciones duras, oscuras, son difíciles de reconocer debajo de ese polvo blanco que llevan en la cara. Polvo resultado de la quema de las cenizas. Su ojos están perdidos en el mundo de la religión. El silencio vuelve a nosotros y con mucho respeto, con los brazos en cruz dejamos pasar a la procesión, a la urna, a los que van con unos abanicos de pluma muy largo y a todos los seguidores. No puedo dejar de contarte que la sensibilidad esta a flor de piel y es difícil no estremecerse con una ceremonia como esta. Seguimos paseando por el templo. Una pareja de novios , ataviados con las vestimentas largas, los collares de flores y joyas , sentados en un rincón se dejan agasajar por sus conocidos. Rezan y se ofrecer a los dioses del templo. No es la única que nos encontramos. Las niñas son muy jóvenes, ellos no pasan de los 30. curiosa mezcla entre turistas perdidos, foráneos, hombres santos casi desnudos, algún despistado y algún animal corriendo entre la gente. Este templo es mas chocante de noche que de día. Las figuras de la puerta se vuelven grotescas con las luces nocturnas. ya no hay monos. Las expresiones suaves de los monjes, contrastan con sus caras extasiadas por la noche. El humo de las velas, el intenso olor de las flores, el incienso todo se convierte en una nube a veces mareante. No es tarde cuando salimos , pero hasta nosotros nos a emocionado . Dhenhiss esta extasiado. Le respetamos, incluso le descargamos de sus obligaciones aun con cierta ofensa por parte de el, pensado que se a equivocado en algo.
Sin dote pero con hombres santos
Y nuestro autobús se quedo varado en medio de una calle. Ceremonia de lavado sagrado. Una procesión muy llamativa, las calles llenas , los coches parados y una multitud, enloquecida cantando. Flores, collares y joyas unidos a Sharis, todos los colores. Las caras blancas y hombres santos medio desnudos. En el centro, la virgen. Mas bien la diosa Ghanesh cara de elefante, gran corona y en un trono. De color rosa y decorada. Los devotos la llevan con verdadera locura. Llegaron a lo alto del puente y después de un grito, tiraron a su diosa, las ofrendas y a ellos mismos. Desde la orilla, los cánticos subieron de tono y la procesión fue sumergiéndose en esa aguas marrones viscosas. Vestidos, sin soltar sus regalos. Algunos hasta buceaban. No podía dejar de mirar esa mirada que tenían todos, totalmente extraviada. La devoción a un dios es muy extraña e incomprensible para alguien totalmente agnóstica. Estamos fuera de todos los circuitos turísticos, y en algunos pueblos somos la atracción. Subimos por la calle hasta las puertas del templo. El monzón estaba descansando. Dejamos las zapatillas en la puerta y entramos. Que bonito, que especial que grande. Se compone de varios templos en uno. Varios edificios y bien repartidos. El patio, de piedra ya redondeada por los años y los paseos de los devotos. Están calientes y vamos saltando buscando ese trocito de hierva mojada. Grupos de gente repartidos comiendo o riendo. Los niños jugando. Una pareja tímidamente cerca, hablando vigilada por la madre. En un pasillo lleno de arcadas, los hombres santos rezando con su posición de yoga. Que dificultad. Como pueden poner así las piernas.? Que dolor!! En un altar unas extrañas figuras de madera simulando cunas cuelgan de una cuerda. Son las ofrendas que ofrecen las mujeres para poder tener hijos. En el interior gris, solo iluminado por los colores de los dioses. Las figuras doradas y rojas. Cada ves hay mas gente dentro. Cada vez menos espacio. En el jardín la lluvia fina, el cielo muy gris y el agua cada vez mas fuerte. El monzón habìa vuelto. Es un momento de éxtasis que nos coge a todos. Sentimientos y experiencia a flor de piel. Hacia calor o lo tenia yo. Necesite salir y empecé a caminar hacia la puerta, en donde las personas se quedaban paradas produciendo un tapón. Necesitaba respirar, salir del templo. Los foráneos, se quedaron apretujados tapando la salida. No se movían. Recordé aquellas noticias sobre las estampidas de los templos... Ugg tenia que salir.. empuje discretamente. Los demás me siguieron. Fuimos abriendo camino hasta la libertad. Llovía fuerte y las piedras frías que cuanto toque el suelo mojado, me despertó. Fue una sensación extraña pero no única. Todos agradecimos el poder huir de la presión interior. Sin saber como acabamos bailando y riendo. DHENIERS, empieza a no asombrarse de nuestra actitud. Simplemente nos observa y se rie. Los vendedores con estrañas pulseras, pendientes o figuras nos atosigan. Huimos hacia el autobús, esquivando las piedras y los baches del suelo. Un grupo de niñas se rien. Parecen princesitas de un cuento. Vestidos llamativos, muy decorados, pendientes y pulseras que hacen música y con purpurina descantado su piel oscura aceitunada. Muy brillantes De niñas las visten de una forma muy kich, de mayores tapan su cuerpo.
Sin dote pero con hombres santos
Los monjes, por mucho que me los miro, vayas donde vayas, tienen expresión extasiada. No me gustaría encontrármelos en una esquina. Es una primera impresión, pero luego se te acercan, te bendicen, te ponen un punto del color de la diosa a la que adoren en la frente y son adorables. Son dignos de admiración la devoción que tienen en este país por los dioses. Nuestro guía ayuna los miércoles pero no deja de llevar comida a la diosa Shiva o a Buda. No nos entiende mucho pero pone mucho de parte para que no nos aburramos. Le atosigamos a preguntas. Es una cultura curiosa, diversa y extraña. Los matrimonios son para toda la vida y el 98 por ciento concertados por los padres. No existe el divorcio y si lo hacen , se arriesgan al vació de la sociedad. Si no se casan con quien están comprometidos, deben salir de la ciudad y no volver. Según ellos, si los padres eligen , esta bien. Aun así no les veo como una sociedad conformista. Teóricamente los hombres son fieles. Se anulado la dote, (pecado y penado por la ley). La prevención en el trabajo es cero. Las leyes de trafico… cero. Nuestro conductor lo hace muy bien, aunque tengo que confesarte que pocas veces miramos hacia delante. Paramos en un pueblo difícil de recordar el nombre. Entramos en un restaurante. Las mesas llenas, no hay cubiertos. Comen encima de hojas de parra y con las manos. Arroz, plátano y verduras. Y seguro que con mucho picante. Hoy nos estamos osados. Pero no dejo de comprar algo parecido a una bolsa de dulces y patatas fritas pero de plátano y yuca. No esta mal, pero los dulces son dulces… demasiado dulces. Son muy golosos. Les gustan los pasteles pero con demasiado azúcar. Me quedo mirando un edificio. Los andamios son de caña, bien atados. El sistema de carga , es la fuerza humana. Y las poleas, los propios obreros subiendo por una escalera raquítica. Mirando esa escena me transporto al antiguo Egipto. Mas allá volvemos a parar. Campos de arroz, donde los niños se confunden entre los prados. Los padres , juntos espolvorean los cazos como nosotros lo hacemos aquí mediante maquinas especiales. La unión de los colores vivos hacen que la imagen sea de una belleza increíble. Mas allá, un niño detrás de la falda de su abuela nos observa. Es una mezcla de salvaje selvático pero sus ojos son dulces. Me acerco. Me mira con curiosidad. Le ofrezco un juguete. Viene, estira la mano, lo coge sin saber que hacer. El morro de la cabra se pone en medio. Porque ella no lo va oler?
Entramos hacia la provincia de Kerala.. El paisaje cambia y todo se vuelve frondoso, verde y hasta cataratas con una fuerza en el agua que ya querríamos en nuestros ríos. Plantaciones de te.. de piña, caucho, arroz, Te… Largas sabanas colgadas de cuerdas. Grupos en donde la mujer las lava y el hombre las cuelga.
Ghanesh, rio turbio y cunas colgando

Periyar, tigres y lagos
La zona de pantanos y reserva de tigres se abre delante de nosotros. Con mucho cuidado y no salir del grupo. Ahora si que nuestros foráneos, que así llamamos a nuestros Hindis, nos tienen vigilados. Llegamos hasta Periyar. El barquito nos espera. Me lo miro y me digo… El lago parece tranquilo, el barco inestable. Si no subo… me quedo esperándoles del paseo. Que hacer? Los monos se van acercando sin miedo y la fauna no me gusta mucho. Con un gran suspiro, me uno al grupo, me siento y apenas me muevo durante toda la travesía. Que pocos me gustan los barcos pero cuanto merito le pongo. Pedro, me achucha, pero intento no seguir sus bromas sin perder mi estilo. Nunca puedo dejar decaer mi imagen sin perder el honor diría mi padre…No vimos mas que cervatillos. Los tigres debian estar durmiendo o escondidos cansados de tantas fotos. La tarde va cayendo y los anocheceres son de una belleza impresionante realzando los colores.
Kumarakon, lago y pescadores sumergidos.
Y............ volvíamos a viajar por barco. Me arme de valor, me agarre a mi amiga Olga y mire con desconfianza a esa cosa que se iba a cercando. Techo de bambu, vientre plano. Iniciamos el paseo por el lago.... Es verde , oscuro, con canoas de aquellas antiguas y con muchas plantas flotando. El barco es muy alargado pero solo tiene dos camarotes. No era el que habían alquilado ya que por la huelga, casi nos dejan en tierra. Aquí también hay esquiroles. En lugar de uno grande, teníamos dos pequeños. Como decía las canción de los Bravos, "las niñas con las niñas…. Los niños con los niños…. ".. ja ja ..Eso si, a la hora de la comida, todos juntos. El paisaje muy curioso, mas propio de las playas del caribe. Nos ofrecian cocos abiertos con una pajita. Costaba ver a los pescadores sumergidos entre los juncos. Forma extraña de pescar. Un pájaro negro competía con ellos por el pescado. Largas barcas, mas parecidas a una sandalia transportando todo tipo de materiales. Cemento, piedras. Volvemos a las imágenes del antiguo Egipto. Todo descargado a mano, por una barandilla de madera, bastante inestable.
Y la noche llego. A las nueve de la noche ya cenábamos. Y a las 10…..Que hacer tan pronto? Estábamos atracados en medio de la selva...llovía y llovía... Que mejor que aprender a jugar a los chinos, a hacer trampas con poder.....y mirar la luna?